miércoles, 13 de octubre de 2010

Como el ave Fénix

Desaparecí por mucho, mucho tiempo. Entre el nuevo trabajo (super demandante) y la facultad (con proyectos super demandantes también) en todo este tiempo no pude ver a nadie, y eso incluye a mi novio imaginario.

Y, ¡claro! Ahora que me voy acomodando, acostumbrando a mis nuevos horarios y disponibilidades... volvió a aparecer. Me perdonó el abandono, dice, pero sospecho que no es así porque se está vengando, disfrazándose cada vez que puede de ese chico que tanto me gustó alguna vez.

Ya pasaron 6 años, él tiene novia y yo dejé pasar todas las oportunidades que tuve; no pensé en él por mucho tiempo, y ahora no puedo dejar de extrañarlo, gracias a los juegos de mi novio imaginario. Tal vez debería invitarlo al cine, para que se le vaya el enojo y deje de torturarme con estas cosas... No sé, nunca fui buena noviando.