sábado, 27 de febrero de 2010

Listos, preparados...

Evidentemente soy de reacción lenta. Parece que recién ahora mi cabeza decodificó eso de "año nuevo, vida nueva". Digo, porque sino no sé cómo explicar lo que se viene en marzo.

El viernes pedí turno con la dentista, segunda consulta con la ginecóloga, y para hacer la ecografía que dejé olvidada. El lunes trataré de anotarme en el gimnasio que está cerca de casa. Quiero pilates. Incluso estoy pensando pedir turno con una nutricionista, para mejorar mi alimentación.

Psicólogo no me hace falta. Excepto mis trastornos obsesivo compulsivos, mi novio imaginario y mis traumas de todos los días, ¡estoy re bien!

viernes, 26 de febrero de 2010

Gustos son gustos

Los nerds me resultan atractivos. Hombres tímidos, algo debiluchos físicamente, desgarbados. Si tiene anteojos, es amor a primera vista. Si, encima, anda por la calle con un libro en la mano o la funda de algún instrumento... ¡irresistible!

Sin embargo, mi novio imaginario nunca tiene ese estilo. Es más bien musculoso, o al menos algo fornido. Tiene una actitud más canchera, sociable y, obviamente, es muy lindo. Es el típico chico que cualquier mujer envidiaría.

Entonces, ¿en qué quedamos? Una vez más, no me entiendo.
Y... esta vez, ¿el punto a favor para quién sería?

viernes, 19 de febrero de 2010

Dancing with myself

Cena con compañeros de trabajo. Nos reímos mucho, pero aun así, lo único en lo que puedo pensar es que muero de sueño y estoy lejos de casa. Me pesan los párpados, pero no digo nada y río a carcajadas con cada delirio del único hombre de la mesa.

Llego a casa y el sueño persiste. Sin embargo, cuando entro a mi habitación, lo primero que hago no es acostarme en la cama, sino buscar mi mp3, como casi todas las noches. Lo prendo y apago la luz. Dejo que la música suene y empiezo a bailar sola, tratando de no chocar con los muebles. Cualquier ruido fuerte puede asustar a mi familia y hacerlos venir a ver. Mejor no.

A veces, mi novio imaginario baila conmigo. Muchas otras, bailo sola. No importa el género musical, ni la canción. Importa que la música y los movimientos fluyan.

Y así, el sueño no se va. De hecho, después me cuesta dormirme. Y mejor ni hablar de levantarme para volver al trabajo...

martes, 16 de febrero de 2010

Más descartable que un pañuelo

Aquel chico que a veces me gusta y a veces sólo quiero como amigo me estuvo hablando muy seguido últimamente. Primero no le di importancia porque creí que no iba a durar. Pero, a medida que el parloteo se hacía más frecuente, casi sin darme cuenta dejé que mi novio imaginario volviera a jugar a ser él.

Y luego de horas de charlas con música, risas, chistes y boludeo de por medio, comprendo el motivo. Mejor dicho, el motivo me cae como agua helada en pleno invierno en la Patagonia.

¡Claro! La novia está de vacaciones. Entonces, recuerda que existo y soy la primer persona a la que recurre. Incluso, para que intente explicarle porqué la primer reacción de ella al volver no fue ir a visitarlo.

Y yo lo escucho. Y trato de calmarlo y que ella no quede como una maldita perra. Y después vuelve el silencio. De su parte.

Crying my heart out

Hoy no fue un día fácil. Mucho stress en el trabajo, coronado por una película que me hizo llorar de principio a fin. Hollywood debería estar avergonzado.

Y tanto llanto me hizo recordar otra cosa: El otro día veía en una ficción televisiva como la protagonista lloraba por amor y sentí envidia.

Una de las ventajas de mi novio imaginario es que jamás me decepciona. Sin embargo, a veces preferiría eso a la ausencia de sentimientos románticos que tengo en la actualidad.

Tal vez mañana me arrepienta, pero hoy preferiría llorar por un corazón roto que llorar por no tener motivos. Prefiero saber que sufro por perder lo que me hizo tanto bien que estar indiferente.

Hoy, prefiero el dolor de un amor no correspondido a la frialdad sentimental.


*(Vale aclarar que, a pesar de la temática del post, la película nada tenía que ver con romanticismo y parejas).

viernes, 12 de febrero de 2010

Sin el pan y sin la torta

Entre comerciantes codiciosos y medios de comunicación, que ya no le ven el atractivo a incentivar el consumo de pastelitos el 25 de Mayo, se han empecinado en hacer del 14 de febrero un día festivo incluido en las agendas y billeteras.

Asimismo, surgió pegadito al día de los enamorados, el día del soltero, producto del cansancio de los eternos solitarios y con la clara intención de democratizar el mes de febrero.

Ahora bien, ¿Qué debería festejar yo? Técnicamente soy soltera, pero festejar el 13 de febrero sería negar la existencia de mi novio imaginario. Por otra parte, sería hipócrita de mi parte hacer planes para el día siguiente. Además, ¿Qué podríamos hacer? Cine y reservas para cenar... para uno. Y mejor ni pensar cómo me verán mis vecinos de mesa cuando mi novio imaginario y yo nos pongamos a charlar.

Mi opción favorita, claro está, es limitarme a actuar según lo establece mi ideología Anti-Todo e ignorar esta fecha, como tantas otras.

martes, 9 de febrero de 2010

And the winner is...

Ahora que se vienen los Oscar y mi novio imaginario y yo estamos nominados, no paramos de dar entrevistas. Obvio que por separado. No queremos que nuestra vida personal se mezcle con la profesional.

Cuando tenemos tiempo, practicamos el momento de la premiación. Cara de sorpresa, beso efusivo o abrazo desesperado. A veces, ambos. Discurso de agradecimiento, entre nerviosismo y manos temblorosas, el premio en alza y bajar del escenario.

Mi parte favorita es la espera del resultado. Tomados fuertemente de la mano, tratando de disimular la tensión. La de él, en cambio, son los cameos que nos agarran desprevenidos mientras nos reímos o me está hablando en secreto. Dice que es por la espontaneidad que reflejan, pero estoy segura que es sólo su parte frívola asomándose.

No me molesta. ¿Quién dijo que un novio imaginario no puede ser superficial de vez en cuando?

domingo, 7 de febrero de 2010

Cenicero bipolar

Durante unos cuantos años creí estar enamorada de un amigo, pero nunca se lo dije. Hablábamos casi todo el día, de cualquier tema, con la mayor de las confianzas (excepto mis sentimientos hacia él, claro está). Pero el tiempo pasó, y lo que sentía por él, fue disminuyendo hasta casi desaparecer.

Actualmente nos seguimos hablando, aunque mucho menos que antes. Sin embargo, las conversaciones más interesantes que tenemos son las que suceden en mi cabeza. Sobre ningún tema especial. A veces le cuento algo que hice o estoy haciendo, o algún suceso que sé que es de su interés, e imagino su respuesta. Son charlas puramente amistosas, sin segundas intenciones.

Sin embargo, y a pesar de que se lo expliqué en numerosas ocasiones, mi novio imaginario insiste en que hay algo que no estoy queriendo admitir y se disfraza de mi amigo para demostrarme que es cierto cuando dicen que donde hubo fuego...

sábado, 6 de febrero de 2010

Agua en Buenos Aires

A veces, mi novio imaginario parece haber sido creado justo para mi. Coincidimos en gustos y costumbres y nos diferenciamos justo en las cosas que resultan divertidas aprender de otros.

Otras veces, en cambio, parece ser la invención de mi peor enemigo. Me contradice en cosas que para mi son una obvia verdad y se ofusca justo cuando yo estoy en mi mejor momento. Por suerte, estos casos son la excepción y no la regla.

Ante estos días de lluvia, siento que los astros se alinearon para darme un poco de satisfacción climatológica y me opongo rotúndamente a los que utilizan la expresión "¡qué feo día!". A pesar de la molesta humedad y lo incómodo que termina resultando salir de casa, amo las tormentas, con muchos rayos y centellas.

Mi novio imaginario, por su parte, a veces las detesta y se pone insoportáblemente quejoso. Como no me gusta pelear con él, lo dejo descargarse y cuando hace una pausa le doy un beso en la mejilla para calmarlo. Pero si con eso no termina, lo despido hasta mañana y me voy a otro lado.

viernes, 5 de febrero de 2010

Libre como el viento

¡Lo que me faltaba! Mi novio imaginario está celoso y ofendido porque dice que estoy siempre ocupada y que el poco tiempo libre que tengo lo ocupo en cualquier cosa, menos en él.

Probablemente tenga razón, pero justo él, no se puede quejar. Yo soy celosa, pero no hago escenas, y a él, le doy muchísima libertad. De hecho, casi nunca sé a dónde va o qué hace cuando no está conmigo y no le digo ni una palabra.

lunes, 1 de febrero de 2010

22, el loco

Siempre me jacté de ser una persona tolerante y paciente, a veces incluso en demasía. Sin embargo, este fin de semana me tragué el carácter de Jacobo Winograd y no dejé pasar una.

A quien estaba comportándose de manera vergonzosa en un lugar público, lo dejé sin decir una palabra. Así de sencillo, como nunca en mi vida, di media vuelta y me fui. ¡Claro! ¡Después me di cuenta que no sabía donde estaba, ni tenía plata para un colectivo! Aun así, no volví.

Más tarde, ante la insistencia de otra persona por entrometerse donde no debía, reaccioné de manera tajante y no dejé lugar a objeciones.

...menos mal que mi novio imaginario no se animó a aparecer, sino, seguramente el también cobraba.