lunes, 1 de febrero de 2010

22, el loco

Siempre me jacté de ser una persona tolerante y paciente, a veces incluso en demasía. Sin embargo, este fin de semana me tragué el carácter de Jacobo Winograd y no dejé pasar una.

A quien estaba comportándose de manera vergonzosa en un lugar público, lo dejé sin decir una palabra. Así de sencillo, como nunca en mi vida, di media vuelta y me fui. ¡Claro! ¡Después me di cuenta que no sabía donde estaba, ni tenía plata para un colectivo! Aun así, no volví.

Más tarde, ante la insistencia de otra persona por entrometerse donde no debía, reaccioné de manera tajante y no dejé lugar a objeciones.

...menos mal que mi novio imaginario no se animó a aparecer, sino, seguramente el también cobraba.

2 comentarios:

  1. Su novio imaginario es muy perceptivo...

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  2. Ah si, los novios imaginarios tienden a darse cuenta de esas cosas.
    De todas maneras la felicito usted tuvo una excelente forma de actuar.

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